Suele decirse que delante de los problemas no debemos echarnos a correr. De hecho, quizás deberíamos correr hacia ellos.
Cuando hablamos del estrés y de la ansiedad, existe una relación clara entre la práctica del ejercicio y el papel positivo que juega en mejorar la salud mental. Al levantar pesas, mantener una postura de yoga, o practicar jogging por el parque, no solo estás mejorando tu bienestar mental sino que, además, disminuyes el riesgo de desarrollar trastornos como la depresión.
Entonces, a tenor de esto, ¿correr ayuda a controlar la ansiedad? Y, si así fuera, ¿cómo?
Hormonas del bienestar
Vamos a empezar con la ciencia que se esconde detrás de la práctica de ejercicio y de la ansiedad. ¿Cómo es posible que correr con regularidad ayude al cuerpo a superar el estrés? En pocas palabras: el cerebro recompensa los esfuerzos produciendo endorfinas, unas sustancias químicas que actúan como analgésicos naturales. Además de mejorar el estado de ánimo, estas hormonas eliminan del riego sanguíneo todas las sustancias químicas relacionadas con el estrés, y hacen que los músculos se relajen activamente.
Si bien estos efectos son inmediatos, al liberar periódicamente estas sustancias químicas del bienestar en el cerebro, correr con regularidad puede ayudar a gestionar el estrés a largo plazo. Además, disminuyen los marcadores de inflamación corporal que se suelen asociar a una mala salud mental.
Practicar ejercicio también aumenta la cantidad de noradrenalina que produce nuestro cuerpo, una hormona muy útil. Esta hormona ayuda al cerebro a moderar su respuesta ante el estrés Esto significa que cada vez que corres, te estás dando herramientas adicionales para superar la ansiedad en el futuro.
Otro de los beneficios de correr es que al practicar ejercicio al aire libre aumentas, de manera natural, los niveles de vitamina D3. Con solo 20 minutos al sol, se recargan los niveles de esta vitamina que regula el estado de ánimo.
Cambio de marchas
Correr no es una «cura» para la salud mental, pero puede ayudar a cambiar la manera de utilizar nuestro cerebro temporalmente. A muchas personas les calma la mente, en especial si son propensas a pensamientos ansiosos sobre su vida o sobre el futuro, ya que se centran en el proceso de correr.
En cierto sentido, el cuerpo tiene cosas más importantes que hacer cuando estamos corriendo que pensar «¿Qué pasará si…?». Nos concentramos en el terreno que pisamos, en las personas que nos rodean, en el ritmo de nuestros pasos y en la música que escuchamos. Al no sumergirnos en pensamientos estresantes, también somos más consciente del mundo. Empezaremos a observar los animales del parque, los detalles de los edificios y otros corredores que también son asiduos a la misma ruta. Es por eso por lo que algunas personas creen que correr es una excelente práctica de mindfulness.
¿Correr puede mejorar la salud mental?
Normalmente, cuando pensamos en correr, solo tenemos en cuenta los beneficios de estar físicamente en forma. Sin embargo, también podemos practicar ejercicio con el objetivo de mejorar nuestro «bienestar mental».
Ponte las zapatillas, haz bombear tus endorfinas y flexiona tus músculos neurológicos, al mismo tiempo que trabajas tu conexión cuerpo-mente. Complementa tu práctica de correr con un poco de meditación y de mindfulness, y conseguirás un plan de entrenamiento integral de la salud mental que puede ayudarte a gestionar tu ansiedad.
Aquí tienes algunos de los beneficios para la salud mental que se ocultan detrás del running:
- Mejora tanto la cantidad como la calidad del sueño. Esto son buenas noticias ya que un buen descanso y una buena recuperación tienen un impacto positivo en los síntomas de la ansiedad y de otros trastornos relacionados la salud mental.
- Para las personas que sufren de insomnio, ir a correr unas cinco o seis horas antes de irse a dormir les puede ser de ayuda al indicar al cuerpo (a través del aumento y posterior disminución de la temperatura interna el cuerpo) que ahora es momento de descansar.
- Esforzarte para hacer algo de cardio intensivo te hace más inteligente. Este tipo de ejercicio provoca que tu cerebro cree nuevas células cerebrales y más proteínas, lo que mejora el rendimiento general, además de ayudarte a aprender y a tomar decisiones.
- Las investigaciones han demostrado que marcarnos una parte del tiempo a practicar ejercicio nos convierte en personas más productivas y enérgicas. Así que, aunque puedes pensar que destinar una parte de tu día a correr no es la mejor manera de emplear tu tiempo cuando estás de trabajo hasta las orejas, en realidad, aumenta tu capacidad productiva.
- Si te cuesta encontrar la inspiración, aparca las cosas y sal a correr. El aumento de endorfinas durante la práctica del ejercicio puede mejorar tu creatividad hasta durante dos horas, así que es muy probable que llegues con la camiseta empapada de sudor, pero con la cabeza llena de ideas.
- Cuando de la práctica del ejercicio se trata, los beneficios mentales a largo plazo son significativos. Puedes ralentizar el proceso natural del deterioro cognitivo que empieza a partir de los 45 si practicas ejercicio desde los 25. Esto ayuda a proteger el hipocampo, la parte del cerebro responsable de la memoria y del aprendizaje, al aumentar las sustancias químicas que lo respaldan.
Consejos para corredores que sufren de ansiedad
Si quieres dar una oportunidad al running, aquí tienes algunas sugerencias que podrían frenar cualquier inquietud que puedas tener y te pueden ayudar a controlar la ansiedad.
- Empieza a paso pequeño y seguro: ¿solo te sientes seguro o segura cerca de tu casa? Empieza corriendo calle arriba y abajo hasta que te sientas bien. ¿Te preocupa que alguien que conoces pueda verte? Calienta caminando hasta un parque cercano. Las primeras veces, márcate el objetivo de correr solo unos cuantos minutos, trátate con cuidado y escucha tu cuerpo.
- Corre cómo si nadie te estuviera mirando: porqué, en el fondo, nadie te está mirando. Es fácil sentirnos acomplejados cuando empezamos a correr por primera vez: pensamos que la gente juzga nuestra forma, lo que llevamos puesto o, sencillamente, que estamos corriendo. Y la realidad es que a nadie le importa lo que hacemos.
- Tómate un descanso: si empiezas a sentir pánico, para y siéntate, bebe un poco de agua o mira el mundo pasar. Haz respiraciones profundas, deja que tu cuerpo se calme y, a continuación, decide si quieres seguir.
- Desconecta: si tu mente no se apaga, distráela con un poco de música, o un podcast, para que puedas descansar un poco de tus preocupaciones.
Ahora que ya tienes algunas claves de los beneficios que aportar correr para controlar la ansiedad, es hora de poner en práctica lo leído. ¡Suerte!
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