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Entrenar ayunas

Entrenar en ayunas ¿sí o no?

¡Adoro entrenar en ayunas! Es uno de mis momentos preferidos del día y una de las formas de entrenar que más me gusta.

Me levanto pronto, la mayor parte del año todavía a oscuras, e intento ser sigilosa porque en casa todos duermen y salgo a la calle con el frontal encendido (en verano no, claro).

Enseguida me encuentro rodeada de campos que van cambiando sus colores dependiendo de la estación y acostumbro a gozar de las salidas de sol que son espectaculares.

He ido acostumbrando el cuerpo a estos entrenamientos al largo de los años. Primero hacía uno o dos a la semana y bastante cortitos, de entre 25 y 30 minutos a un ritmo suave. Poco a poco, he ido aumentando. Actualmente, acostumbro a entrenar en ayunas diariamente, algunas mañanas corriendo, otras en el rodillo para dejar que las articulaciones descansen un poco.

Me muevo entre unos 40 y 75 minutos y las intensidades varían según las cargas de entrenamiento que me dicta mi entrenador.

¿Por qué hago entrenamiento en ayunas?

A parte de porque me encanta, no es ni mucho menos para perder peso o grasa como se ha dicho durante mucho tiempo. En el mundo del entrenamiento, como en todos los ámbitos, corren muchos mitos que vale la pena romper e informarse adecuadamente.

Los entrenamientos en ayunas hay que planificarlos bien a nivel alimentario y hacerlos de forma progresiva para que el cuerpo se acostumbre. Es importante que lo paute un profesional.

A mi, personalmente, me lo gestionan mi entrenador y mi nutricionista.

Entrenar en ayunas, Anna Comet

Entrenar en ayunas me ayuda en mi rendimiento porque es una buena forma de activar el sistema metabólico de las grasas. Dicho de otra manera, me ayuda a que mis grasas sean una buena fuente de energía en mis competiciones y entrenamientos.

Debemos tener en cuenta que el cuerpo tienen unos depósitos limitados de hidratos de carbono. Es decir, aunque nos ingiramos mucho pan, pasta o arroz, nuestro cuerpo solo tiene la capacidad de almacenar hasta unos niveles. Estos son los que podremos usar para nuestros entrenamientos. En cambio, el almacenamiento de grasa es superior, pero este, de forma natural, se consume a ritmos bajos, con la necesidad de bastante oxigeno. Así que para ritmos de competición, de entrada, no nos sirven.

Con los entrenamientos en ayunas, como no hay ingesta de hidratos, el cuerpo solo tiene grasa como gasolina. Por tanto debe ser eficiente con esta energía. no le queda otra. De este modo, entrenamos también al cuerpo para que sepa utilizar este sustrato.

De tal modo que, a parte de disfrutar de estos momentos tan míos, entreno a mi cuerpo para que se vuelva más eficiente.

¡Ah! Y al volver a casa, me hidrato muy bien y hago un desayuno completo a nivel nutricional. Nada de llenarme con comida que no me va a aportar nada bueno.

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Ten en cuenta que la información de los artículos de Polar blog no pretende sustituir el asesoramiento de un profesional sanitario. Consulta a tu médico antes de empezar un nuevo programa de fitness.

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